lunes, 10 de marzo de 2008

No importa donde haya estado, ni lo que haya hecho, siempre estará ahí para acompañarme. La presiono fuerte cuando siento que todo salio mal... pienso que puedo destruirla pero no hay caso, es imposible. Otras veces juego con ella, cuando todo sale bien. Es una asidua camarada, cambia de forma de acuerdo a la ocasión, pero en el resto es idéntica. Hemos vivido miles de alegrías y penas, pero aun así seguimos adelante. Se que nunca me defraudará, ni siquiera en esos fríos días donde el volver es tan indispensable como respirar, pero casi tan imposible como volar. Compartimos un secreto, mejor dicho, un sueño, pero los últimos sucesos nos han dado a entender que quizás no todo en la vida es posible… fuimos niños al pensarlo, pero inevitablemente fuimos felices al imaginarlo.