Tranquilamente se acerca una joven a preguntarle si desea una taza de café. -No, ya no es la época. Prefiero una taza de té- Responde él. Algo esta observando, pero no sabe que. -¿Deseas algo más?- No hubo respuesta. Esta demasiado intrigada, desea saber que lo cautiva de tal forma. De pronto él siente algo y se voltea levemente. -¿De verdad quieres saber que veo?-. Esta sorprendida, por un momento creyó que le había leído la mente. Una afirmación absoluta fue la respuesta, mientras sostiene fuertemente un paño y una bandeja. -Lo que veo es una mirada, que inicialmente pasó desapercibida pero que con el pasar el tiempo fue mostrando sus encantos. Invadió mi mente, y caló profundamente en mi forma de pensar. Creo que será imposible borrarla-. No sabe como, pero lo comprende. Aquel joven no miraba el diario que tenia en la mesa sino una hoja en blanco. Ella solo quería saber que era, pero nunca previno aquella respuesta. Con los ojos vidriosos, le besa la frente y se retira. De pronto él pregunta a que hora cierran el local. –No te preocupes por eso, yo te aviso-
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